Es reciente y cada vez más constante experimentar arrebatos intensos (casi esquizofrénicos) que solicitan marcar postura tajante y atentar en contra del humanismo. Particularmente contra ese humanismo hegemónico que se ha dedicado a atravesar cuerpos. Me perturba que el humanista
 -modelo estelar- se congratule al ver que la maquinaria que inventó ha aprendido a activarse automáticamente y, sin darme cuenta, soy parte del desfile.

fractal ride parade es un despliegue de piezas escultóricas y ensambles que aluden al carrusel a través del uso de elementos formales que lo caracterizan. De esta manera articulo una reflexión donde el carrusel es una metáfora del colonialismo, donde la animalidad es puesta en escena, domesticada y convertida en espectáculo. A partir de la fragmentación de un todo y la selección de pedazos, esbozo una tensión entre lo festivo/naïf (el carrusel como atracción) y lo violento (un cuerpo hipotético empalado y obligado a cumplir un ciclo de paseo).  

Cabe mencionar que mis pensamientos han puesto al cuerpo del animal muy cerca del cuerpo femenino. Primero, porque somos cuerpos que históricamente hemos sido hostigados y, en segundo lugar, porque me interesa la potencia que adquieren ambos cuerpos juntos en el plano de la ficción y la especulación hasta materializarse en el campo de la representación.